Cuando veo playas,
lagunas, tortugas, insectos, me acuerdo de ti, mi alma gemela, a la que puedo
amar sin sentir pasión, porque es sólo cariño y confianza, un lazo nos une, la
sangre y el ADN casi son el mismo, mi niño cristal.
Recuerdas que una vez
dijimos que viviríamos en una playa, que nadaríamos entre mantarrayas, que
desapareceríamos de la odiosa ciudad, que construiríamos una vida en silencio.
Veme ahora, como todo
el mundo siguiendo ordenes, fastidiándome por la estúpida rutina, enfermándome
de tristeza, y tú, te marchaste, cumpliste el sueño que siempre quisimos, tal
vez no vives en una playa, pero la meditación ahí la tienes, entre campos,
ovejas, ciruelos, y qué me dices del canto del gallo por la mañana.
Te extraño como a
nadie, te amo como a nadie, espero verte pronto, para que me cuentes historias,
para que alimentes mis sentidos, para que me enseñes lo que muchos no conocen,
lo que nadie cree pudiese existir.
Te recordaré como mi
mejor amigo, el que me regalaba gatitos de plastilina, el que bailaba conmigo
cuando nadie nos veía, el que me enseñó a jugar ajedrez, el que me quitaba las
muñecas y me decía – te la doy si juegas conmigo, el que siempre me escuchó
porque sabía que algo me pasaba, el que compartió 21 años de su vida a mi lado,
el que se fue para no regresar nunca.
Y cómo es que las
cosas cambian, repentinamente dijiste - ya me voy, me puse enfrente de ti y una
gota de melancolía se abatió tan de repente por mi cara, incendiaste mi cabeza,
dejaste mi mente sin ideas, dejaste el poco estado anímico peor de lo que ya
estaba.
1 comentario:
Te extraño como a nadie
cuánta razón...
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