Un comienzo y un final

El año ha terminado, no fue un buen año, tuve momentos divertidos y agradables, pero aún así la mayor parte del tiempo la pasé idealizando problemas, no sé por qué funciona mi cabeza de esa forma, divago y estructuro problemas que pueden suceder.

Estos últimos meses han sido confusos, para mí y para los míos, como suelo mentalizarme y adelantarme para algunas situaciones, ya sabía que pasaría (tiene que pasar).

Ayer entendí que sólo me tengo a mí, papá dijo algo cierto, "Preocúpate por tí, no te detengas por nada, no confíes en la gente, vístete de éxito", tal vez tenga razón en algunas cosas, no puedo confiar en las personas, porque entre más las quiera y viceversa, más me lastiman, él lo demostró.
Ha sido egoísta, espero entenderlo algún día, y también espero perdonarlo, porque es mi todo.
Quiero aprender a sanar.

Dispersa

Tengo tantas ganas de escribir, pero creo que si lo hago me ahogaré en un mar desconocido, tengo la sensación de que esto tenía que pasar, por ahora estoy dispersa y confundida, lo que más quiero es abrazarte y callar.

Cuando pase todo, lo haré, y entonces estaré mejor, por ahora el tiempo será nuestra solución, porque estamos lastimados.

15 de diciembre de 2010

Un día como hoy te fuiste, yo cerraba los ojos para despertar, no podía, el dolor estaba en todo mi cuerpo, el llanto se apoderaba de todo, nada importaba, nadie estaba ahí, todo se nublaba, todo se desvanecía.

Hoy encontré tu neceser, ahí era donde guardabas los artículos personales; una pluma, un peine, una navaja suiza, un cepillo dental, algunos hilos para remendar, un reloj de ella que tal vez lo guardabas para reparar y un prendedor también de ella que estoy segura lo conservabas como un amuleto de la buena suerte.

En casa hay dos veladoras para que sepan que no los olvidamos, que los extrañamos y los recordamos como siempre, mi mamá y yo colocamos dos porque sabemos ella está contigo, porque siempre estaban juntos y porque así los recordamos.