miércoles, 30 de diciembre de 2009

El naturalismo de Björk

Desde muy pequeña hacía cosas extrañas como coleccionar insectos. A los tres años su voz fue su principal instrumento, cuando tenía 15 años ya sabía tocar la flauta y el piano, después sintió curiosidad por cantar en la iglesia de su comunidad islandesa y es entonces que decide emanciparse para entrar a una banda Spit and Snot, en donde tocaba la batería.
Tras su disolución, peregrinó por otros grupos, como Exodus, Jam80, Tappi Tikarrass y Kukl.

Björk, artista islandesa que con su voz ha cautivado a todo el mundo, esa voz que logra hacer sonidos melodiosos, ha llenado escenarios tan importantes como La Sainte Chapelle de París o el Liceo barcelonés, además ha participado en películas como Dancer in the dark, en donde ganó el premio de Cannes, y los Globos de Oro como mejor actriz y mejor canción original I've seen it all.

Ella siempre se ha familiarizado de alguna forma con la estética de la naturaleza, en la mayoría de sus videos la podemos apreciar en contacto con el medio ambiente, tendrá que ver el que su madre haya sido una ecologista hippie muy importante de Islandia, quien le inculcó cierto respeto por su entorno.

Björk dice que el naturalismo es su religión, porque es la totalidad de realidades físicas existentes, es el principio único y absoluto de lo real, es toda su inspiración, cuando era pequeña la naturaleza siempre fue su mejor amiga, el sonido del viento le hablaba y los icebergs tarareaban a su alrededor.
Es por eso que la naturaleza está presente en sus producciones, en su vestuario, ella usa la voz para hacer todo tipo de instrumento, para afinar y desafinar como se le da la gana, al fin y al cabo nunca nos decepciona.

En estos días de reflexión por recuperar parte de nuestros recursos naturales, que la descomunal industrialización e intereses capitalistas los han golpeado brutalmente, resulta reconfortante conocer y adherirse a personalidades como Björk, que no buscan la notoriedad por vanidad o interés material, sino la manifestación del respeto a nuestro hábitat.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Insolencia

Frío, miedo, timidez, insomnio, sangre, debilidad, tristeza…………….
Alguna vez creí que el no decirlo todo era mejor, falso, las dudas son una condena?????
Creía que el pony que siempre quise de niña sería hembra, pero en mis sueños es azul.
Que desfachatez la mía de rondar entre miseria y no hacer nada, quiero vomitar de tristeza, sí, literalmente eso me pasa…
Hey, cuántos años tienes?
Pero te ves tan joven, no pareces de esa edad………… qué hace alguien con esa cara aquí, vete a un concurso de belleza…………
No mames trabaja en Milenio………. Que envidia…………
Gente insolente, presuntuosa, a caso no saben que las personas se mueren todos los días.
Ellos lo único que quieren es el mejor puesto, en la mejor empresa, pinche ego, como jode.
El otro día vi una bestialidad, para mí lo fue, quién chingaos deja amarrado a un perro bajo el sol, sin sombra, sin agua y comida, con una cadena de medio metro, el can lloraba, para qué diablos tienen animales y no los cuidan.
Soy infeliz por ver ese tipo de cosas, soy infeliz porque justamente ese día lloré como hace mucho no lo hacía, porque todos los días mueren personas de hambre entre la mierda de muchos meses, porque consumo pasta de dientes y no carbonato de sodio, porque mi hermano se fue, y porque la gente siempre será egoísta y mala.
Todos ellos quieren sobresalir con trivialidades como, el mejor carro, una casa enorme, viajar a Europa……. ¿a caso no querrán un mejor corazón?


Y Clara responde, no sé qué es lo que intentas, pero no puedo pensar más que en ese vitral.

Di algo que tu cabeza grite todo el tiempo en voz baja.

Clara responde, algo como, no quiero pensar en otra cosa que no sea ese vidrio de cristal.

No te enojes, sólo tengo curiosidad, quiero saber qué te preocupa, o qué pasa por tu mente cuando te quedas tan callada y pensativa, viendo solo el vacío.

No me enojo, contesta Clara, creo que es absurdo que obligues a mi mente a decir algo que por ahora no quiere decir, ahora estoy pensando en que crees que estoy enojada, lo ve fijamente y se ríe.

Sorprendido, Daniel afirma: cómo es qué haces eso.

¿Qué?

Sí, cómo es qué sólo piensas en lo que vives en este momento, y no piensas en lo que podría pasar o lo que ya paso.

Es fácil Daniel, al frente de ti siempre habrá algo que podrás observar en toda magnitud, siempre habrá algo que te dejará imaginando, así es como puedes crear e ilustrar tu cabeza, tus miedos, si es que los tienes, ilustrar tus triunfos, tus memorias, piensa en ahora y solo ahora, que lo que fue ya quedo por ahí, tal vez en otra dimensión.

Hace mucho que no medito, sabes, creo que cuando era niño pensaba así, y meditaba todo el tiempo, maldita voz en mi cabeza cuándo desaparecerá…

domingo, 6 de diciembre de 2009

Ya no soy una niña

Hoy me di cuenta que niña ya no soy, que puedo hacer de Louys Pierre el profeta de mi pureza, jamás creí pudiese atarme a ti, hoy me desconozco, hoy enmarco mi debilidad y mis caprichos, para ponerlos sobre el librero de los recuerdos.
Hacía mucho que no exploraba, hacia mucho que no cavilaba de esa forma, si me preguntan, cómo es qué aún no mato esa inocencia, yo respondo “Matarla, para qué, si uno mismo puede ser asesino e inocente de su propio deseo".

Jamás pondré de lado el que tú hayas estado ahí, viéndome y susurrándome.

Compartí la voluptuosidad de mis manos, compartí la feminidad que me dejo esclavizada y callada mucho tiempo.



jueves, 26 de noviembre de 2009

En qué piensas

Desde el fondo de su pensamiento, Daniel platica: es como una niñita, caprichosa, inquieta, somnolienta, ve tu carita, tus mejillas y esos ojos brillantes.

También opina que Clara actúa como niña, que es extraño su comportamiento. Creé que es maravilloso que de su mirada aún se desprendan chispas de inocencia, de sorpresa, de duda.

Por su parte, Clara lo ve tan atenta, en silencio, sus pies forman pequeños espirales en el suelo.

Dime algo Clara, lo que sea, en qué estás pensando.

Clara contesta, pienso en los vitrales de esa casa, sabes Daniel quiero vitrales en mi habitación, quiero despertar cada mañana y ver como atraviesa la luz por ese cristal de color.

Daniel dice, eso suena bien, dime algo más.

Y Clara responde, no sé qué es lo que intentas, pero no puedo pensar más que en ese vitral.

Di algo que tu cabeza grite todo el tiempo en voz baja.

Clara responde, algo como, no quiero pensar en otra cosa que no sea ese vidrio de cristal.

No te enojes, sólo tengo curiosidad, quiero saber qué te preocupa, o qué pasa por tu mente cuando te quedas tan callada y pensativa, viendo solo el vacío.

No me enojo, contesta Clara, creo que es absurdo que obligues a mi mente a decir algo que por ahora no quiere decir, ahora estoy pensando en que crees que estoy enojada, lo ve fijamente y se ríe.

Sorprendido, Daniel afirma: cómo es qué haces eso.

¿Qué?

Sí, cómo es qué sólo piensas en lo que vives en este momento, y no piensas en lo que podría pasar o lo que ya paso.

Es fácil Daniel, al frente de ti siempre habrá algo que podrás observar en toda magnitud, siempre habrá algo que te dejará imaginando, así es como puedes crear e ilustrar tu cabeza, tus miedos, si es que los tienes, ilustrar tus triunfos, tus memorias, piensa en ahora y solo ahora, que lo que fue ya quedo por ahí, tal vez en otra dimensión.

Hace mucho que no medito, sabes, creo que cuando era niño pensaba así, y meditaba todo el tiempo, maldita voz en mi cabeza cuándo desaparecerá…

martes, 3 de noviembre de 2009

Alma gemela

Me siento insegura, como si una pierna me faltara, mi cabeza piensa en ti todo el tiempo, estoy dividida, a veces creo que regresarás pero no, sé que fuiste a liberar los sueños que de pequeños imaginamos, y que algún día dijimos los haríamos realidad.
Cuando veo playas, lagunas, tortugas, insectos, me acuerdo de ti, mi alma gemela, a la que puedo amar sin sentir pasión, porque es sólo cariño y confianza, un lazo nos une, la sangre y el ADN casi son el mismo, mi niño cristal.
Recuerdas que una vez dijimos que viviríamos en una playa, que nadaríamos entre mantarrayas, que desapareceríamos de la odiosa ciudad, que construiríamos una vida en silencio.
Veme ahora, como todo el mundo siguiendo ordenes, fastidiándome por la estúpida rutina, enfermándome de tristeza, y tú, te marchaste, cumpliste el sueño que siempre quisimos, tal vez no vives en una playa, pero la meditación ahí la tienes, entre campos, ovejas, ciruelos, y qué me dices del canto del gallo por la mañana.
Te extraño como a nadie, te amo como a nadie, espero verte pronto, para que me cuentes historias, para que alimentes mis sentidos, para que me enseñes lo que muchos no conocen, lo que nadie cree pudiese existir.
Te recordaré como mi mejor amigo, el que me regalaba gatitos de plastilina, el que bailaba conmigo cuando nadie nos veía, el que me enseñó a jugar ajedrez, el que me quitaba las muñecas y me decía – te la doy si juegas conmigo, el que siempre me escuchó porque sabía que algo me pasaba, el que compartió 21 años de su vida a mi lado, el que se fue para no regresar nunca.
Y cómo es que las cosas cambian, repentinamente dijiste - ya me voy, me puse enfrente de ti y una gota de melancolía se abatió tan de repente por mi cara, incendiaste mi cabeza, dejaste mi mente sin ideas, dejaste el poco estado anímico peor de lo que ya estaba.

lunes, 19 de octubre de 2009

Decadencia

Alguna vez dijiste “Tengo una obsesión por las imágenes vulgares y grotescas”, creo que por eso me enamoré, me perturbé, me encanté por las formas decadentes y desagradables.

( )Lo bello es siempre raro. Lo que no es ligeramente deforme presenta un aspecto inservible.

domingo, 11 de octubre de 2009

Soy una loca encantadora

Han sido dos veces cuando él ha tocado a mi puerta, cuando él me ha visto sollozar como niña.
Aún no olvido ese 25 de abril, él me dejo ir, dijo que volara y desde entonces he volado de la forma más extraordinaria, mi cuerpo ha cambiado, mi voz, mi mente.

Ha pasado mucho tiempo, ¡no diré gracias!

El cuerpo se ha sentido caído, entorpecido, disperso, como entumecido, tendrá que ver la anemia en esto o es que él sigue ahí.

Las contradicciones se apartan de mí, yo me aferro al silencio de él.

Después de tanto mi risa desvergonzada ya no se esconde ante su presencia y su ausencia.

La segunda ves que lo vi, estaba ahí, sentado en el sofá, bebiendo de su licorera, con la mirada aturdida e indiferente.

Yo clamé, rogué, me pasmé por un momento, lo imaginé con esos grandes ojos, con la sonrisa rota y cruel.

Era ridículo ese juego, lo sé, pelear, gritar, era un monstruo asesinando mi cuerpo, mi espíritu, él bebía la sangre que escurría de los dos cuerpos.

Incrédulo, me atrapabas entre tus garras, y no me importaba, creí que juntos armaríamos algo, que inventaríamos el rojo ideal, un aroma embriagador, y sólo fueron patrañas, mentiras, farsas.

Ahora después de esos momentos paradójicos, después de las malas rachas y las caricias lascivas, puedo decir “gracias”, de él aprendí que el gris es un color lustroso, el cual ya puedo revolver en el arco iris de mis sueños, que en mis ojos ya no pueden haber lluvias catastróficas, que las sonrisas las hay de muchas formas, que puedo volver a pintar, que puedo inventar y coser el mantel bucólico que imagine cuando escuche un fragmento de los babasónicos, un silencio entumeció mi cara, un suspiro creció en el tiempo, el vació que tenía se llenó de fantasmas petulantes y soñadores.

El pensamiento desde entonces alerta mi supervivencia, alimenta mis miedos y fracasos, he aprendido a estar sola.

domingo, 20 de septiembre de 2009

El retrato

Ojos que a media tarde resplandecen como la copa de vino que ante el rojo de la vela permanecen, el gesto de aquella joven ya no puede esconderse, una alegría la invade, pensativa como siempre, fría como el copo de nieve, que refleja ante la ventana de invierno la sonrisa aún no descubierta.

Majestuosa, libertina y sin remordimiento, mujer que pertenecía a la noche, de pronto la lluvia tocó su rostro tibio y sedoso, gota a gota caía un reflejo de ella.

Como si nada le preocupase, sus ojos se movían lánguidamente, a cámara lenta las pestañas subían y bajaban, esos ojos destellantes de un café desequilibrante no escaseaban tamaño, su boca entreabierta como si susurrara algo, tal vez una canción, tal vez el nombre de él.

Aquel que entre el cráneo y el cerebro tenía los mechones rojos, largos hasta los hombros, poseía una sonrisa espeluznante, nunca se sabía en que estado de ánimo se encontraba, reflejaba brillo en sus ojos y una mirada penetrante.

Él casi todo el tiempo estaba sentado en un sofá que se encontraba en el salón principal de la casa, al lado un librero que como cumbre cubría las paredes de madera, los rayos del poco sol que de repente se asomaban se filtraban por las cortinas verde pistache, la chimenea por lo regular siempre estaba a fuego lento, en el pasillo que se encontraba a un costado de esta, el gato negro que pertenecía a la joven libertina de la cual ya habíamos hablado, desfilaba con su cuerpo magnético y sensual, con su cola en un vaivén que solo él entendía, ¡que bonito y extraño era ese gato!

La dueña del gato se llamaba Cristin, Cristin era alguien recatada y muy callada, las pocas veces que le veían riendo era porque su gato jugaba con las bolas de estambre que ella misma tiraba al suelo después de haber terminado con su sesión de costura que desde muy pequeña su madre le había exigido.

- Como era posible que una niña tan frágil y hermosa salga a jugar con esos chiquillos hijos de la servidumbre, decía su madre cuando Cristin regresaba enlodada a casa.

Cristin siempre quiso tener un poco de independencia, un poco de diversión, quería saber todo sobre la vida de allá afuera, allá donde el olor a pan recién horneado llegaba a su nariz, en donde los carruajes retumbaban, en donde las amas de casa cuchicheaban en la esquina de la verdulería.

Hasta que lo logró, después de unos años, se casó con Lord Leopold, quien todo el tiempo estaba ahí en el sofá, con la vista permanente hacia la copa de coñac que todas las tardes consumía con tanta devoción.

Cristin casi siempre estaba alejada de él, a él le gustaba estar solo, a ella la entristecía eso, a pesar de que podía hacer lo que quisiera, las únicas veces en que podía verlo era cuando comían y cenaban, la única ves en que podían tener contacto físico era cuando él estaba de buenas y cuando a media noche Cristin que ya estaba casi dormida, era jaloneada por él, hasta que la devoraba como vestía embravecida, como demonio que dentro de cenizas desaparecía.


(El desarrollo del cuento sigue en construcción)

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Culminación

Desnuda la mano que atraviesa el vestido.
La lágrima dulce baja sobre el sol de media tarde.

El tobillo se mueve aforrándose al cabezal.

El suspiro de ambos choca, el beso con alcohol ni siquiera los incomoda.

Desnuda la mirada con la pupila dilatada.

Inesperado es el segundo, buscas el camino por debajo del ombligo, por detrás de los cerezos, busca hasta la cúspide de la lengua, humedece el rostro que se encuentra enrojecido.

Desnuda la piel, pálida, fría, que como espejo refleja cansancio y fastidio.

El silencio se escucha.

La concentración despierta la culminación de un placer inexplicable para muchos, te has preguntado cómo se logra la meditación.

viernes, 28 de agosto de 2009

El paladar

Desaparecer de los ojos, encontrar el asfalto, olvidar el tic tac, retorcer las ideas, buscar imágenes, seducir con las manos, idealizar un color, saltar sobre charcos, dormir sobre grandes alfombras verdes, jugar como niño, humedecer los labios, escalar de puntas, dibujar pequeños gatitos, cerezas en los dedos, crear sueños, devorar letras y lenguas, no olvidar las paredes rojas, Pink Floyd, llorar hasta palidecer, torturar mis órganos (por fumar y beber), oler incienso, la plastilina, arcilla, los crayones, pintar mis mejillas, el sonido del acordeón...

miércoles, 26 de agosto de 2009

Cierran el museo de Picasso en Paris

Ayer en la capital francesa se dio a conocer que el Museo Picasso, que se localiza en el barrio de Marais, Paris, cerrará sus puertas temporalmente, debido a obras de remodelación.
Con estas obras se busca el acondicionamiento del espacio para que aumente su capacidad de visitantes que anualmente llega al medio millón de personas.

Se planea que para el 2012 reabrirá sus salas, en donde podremos disfrutar de las cinco mil obras del artista español.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Soñé que me matabas

Fui a visitarte, me recibiste, estabas algo distante, no eras el mismo algo pasaba.

Pudiste decir que ella estaba ahí, atrapándote, seduciéndote, amándote, pero no fue así, percibí engaño, la incomodidad abarcaba toda tu sonrisa.

No necesito soñar así, no necesito mentiras que salgan de hombres como tú, de esos que gritan a los cuatro vientos lo que yo dí.

Digo que me matabas, porque al final del sueño me estrangulabas entre tus manos.

Con esto recordé un fragmento de una película, no diré el nombre ¡no me da la gana!

Cuánto tiempo ha pasado desde que nos conocimos, dos años.
Yo a ti te conozco de toda la vida, pero no era verdad lo he soñado.
Mírame, dame un beso, ¿no me quieres?.
Me romperé las piernas, me sacaré los ojos, me cortaré las manos y los pechos, hasta que no sea más que una ruina a tus pies, para que tengas lastima de mí, y eso no te deje vivir, para que recuerdes toda la vida que no supiste quererme.
A mí, que sólo quise ofrecerte cariño, cuidarte…

Desde lo más profundo de mi alma siento la necesidad de acabar de una vez.
Quiero morir, sé que tú quieres lo mismo. Mátame.

jueves, 16 de julio de 2009

Lasitud de Paul Verlaine

Encantadora mía, ten dulzura, dulzura...
calma un poco, oh fogosa, tu fiebre pasional;
la amante, a veces, debe tener una hora pura
y amarnos con un suave cariño fraternal.

Sé lánguida, acaricia con tu mano mimosa;
yo prefiero al espasmo de la hora violenta
el suspiro y la ingenua mirada luminosa
y una boca que me sepa besar aunque me mienta.

Dices que se desborda tu loco corazón
y que grita en tu sangre la más loca pasión;
deja que clarinee la fiera voluptuosa.

En mi pecho reclina tu cabeza galana;
júrame dulces cosas que olvidarás mañana
Y hasta el alba lloremos, mi pequeña fogosa.


Versión de Emilio Carrere

viernes, 12 de junio de 2009

Pequeñas fantasías

Me encuentro como tirando de hilos desde el cielo.
Volteo hacia arriba y veo muchas esferas de colores.
Presiono las cuerdas y me elevo.
Presiono mis ideas y me elevo.
Presiono mis manos que se encuentran entumidas por tanto esfuerzo, por tanto silencio.
Esferas multitudinarias, con matices explosivos, que ante mis ojos simulan un paraíso a la Lachapelle, un edén melancólico, lleno de miradas perdidas, excitadas, devastadas, disimulando frustración, congoja y excesos.
Todo a través de una personalidad hipócrita, banal y superficial.
No puedo quejarme, porque eso me atrae, me envuelve.

Es mi David, es él, quien atrae mi mente hacia sueños en donde el color y la imaginación me hacen creer que aún puedo divagar lúdicamente, aún puedo transitar por lo visual de sus imágenes.

Son imágenes superficiales de un mundo que jamás existirá, que jamás se verá, porque todo es armable, onírico y embellecedor, lo que se vive en la realidad es un escenario burdo, lleno de malas rachas y de pretextos para no poder estar en donde debemos estar, ¿en un sueño?

lunes, 27 de abril de 2009

Mezclas para los sentidos: Cortometraje de café y cigarrillos

Colma mi ansiedad, se mezcla con un poco de alcohol, a veces con una infusión de hierbas cítricas o canela, pero nunca falta el cigarro que continuamente lo acompaña, que ordena mi cabeza, tranquiliza mis emociones, y ayuda a relajar mi cuerpo sonámbulo y confundido.  

Mis pulmones se callan, pero que forma de callarse, el olor a grano quemado e incienso amargo se esparcen por el aire frío y turbio que ante la hostil noche me abrazan.

Nunca falta la porción de nicotina que provoca caos y adrenalina a mis sentidos, nunca falta la taza de café, que estimula mis ideas, empapándome entre postres y manteles.

lunes, 9 de marzo de 2009

Paranoia en sueños


Camina por los recovecos de su ciudad, su mente se detiene, su mirada se paraliza, cada movimiento le recuerda a esa persona con la que siempre sueña.

Qué me pasa, se preguntó cada vez más, por qué me comportó así, ella misma se asusta.

- No soy de otro mundo, sólo soy alguien confundida, a quien le gusta soñar e imaginar locuras.
- No era una puta, sólo sigo enamorada,
- No estoy loca, sólo hago algunos cambios, como cualquier persona, aunque me vaya a los extremos.

Estas palabras son de Malory, una mujer soñadora, e idealista, aunque un poco insegura.
Tiene una mirada inquietante, sus labios rojos como las fresas de los campos más bellos de los alrededores, su voz es turbadora. Ella te puede decir cualquier cosa aunque no tenga una relación, te saca del tema para atraparte en su mundo, y no en el mundo triste y voluble de las personas; tiene los cabellos negros como la oscura noche, y las manos más seductoras y frágiles como las de una muñeca de porcelana.
Observa cada detalle con un estupor que a cualquiera lo sacaría de la razón, tiene un ímpetu que arroyaría al más frío de los hombres.

Realmente su mente está desordenada, Malory se olvida de las cosas importantes; Malory come una galleta, a la cual recordará toda la vida, porque lo más irrelevante la mantiene viva.

Tiene la edad en que cualquier mujer se sentiría como una niña, joven, exquisita, protegida, suculenta, tiene 18 años y esta enamorada.

El amor la ciega de las cosas importantes, ve cualquier cosa y se sorprende, hace su propia tertulia de placeres exorbitantes.

Lo ve se paraliza, lo toca se calla, lo besa sonríe.

No es el amor lo que la pervierte, es la soledad que tiene, de no poder estar con su amado. No es locura lo que maneja, es la agonía, de no poder atraparlo como a un pez en la pecera más pequeña.

Trepa un árbol, les avienta pan a los pájaros, los fotografía con sus ojos brillantes y llenos de melancolía.

Se encierra en su habitación, duerme porque sabe que así es la única forma de poder verlo, de estar con él, a su lado, sintiendo su respiración, duerme y sueña porque sabe que es la cura para su agonía, no quiere despertar, no quiere comer, no quiere llorar, no quiere caminar, no quiere gritar, descansa bajo los brazos inmensos de sus recuerdos.

Las escenas son diferentes habitaciones, y sólo hay dos personajes, Malory y su imaginación, sí se puede llamar a eso como alguien o algo.

Malory está en su cama, bajo esas sábanas rojas de seda, sobre todos esos cojines que tienen un significado, sus cabellos caen sobre sus hombros, y sus pies están de puntillas, duerme con una sonrisa serena porque debe estar soñando con él.

Se despierta en la mañana, se sienta, recupera el aliento, y se queda fijamente observando la pared de su cuarto, pasan cinco minutos y se pone de pie, se dirige al tocador y se ve en el espejo, se cepilla el cabello y suspira al instante, se prepara para no sentir el tiempo, dirigiéndose a la rutina de cada día, está como un zombi, flotando entre lo vivo, regresa a casa, se mete a la cama y vive muriendo, soñando con todo lo que ama, con todo lo que le sorprende, con las cosas tristes de su pasado que le hacen sentir dolor y mantenerla despierta.Justificar a ambos ladosMalory quiere fallecer de sueño, para poder estar con él, aquel hombre adusto que quiere a Malory a su forma.

La muerte los une, el dolor los atrapa, vuelan sobre esas colinas delirantes por aquel olor de azufre, conectan sus cuerpos pero sólo en los sueños, porque él ya esta muerto y ella lo sigue.

sábado, 7 de marzo de 2009

Para Maximiliano

Entré volando a tu cuarto, como el silencio entra por tu boca, no dices nada.
Floté junto a tu rostro, para después besar tu frente, y no dices nada.

Lloré en tu cama, me quitaste el vestido, y seguiste callado.

Grité como loca, mordí tu mano, y bajaste la mirada.

Reí sin sentido, tocaste mi cuerpo, y sólo volteaste tu cara.

Respiré sangre, me encontré empapada de sudor, y mojada bajo mi sexo, estaba a punto de morir por ese deseo que sentí hasta la medula espinal, y créeme ¡no me arrepiento!, es sólo que la melancolía me invade casi todas las noches.

Cada vez que recuerdo esa sonrisa malévola, me pregunto por qué no fui yo la que terminó con todo, por qué no tuve fuerza de voluntad, por qué no te rasguñé y te rompí, por qué no te saqué el corazón, para después guardarlo en una caja, como Carlota con Maximiliano, colocarla debajo de mi almohada, y al final poder oír tus latidos cada vez que las luces se vayan, pero eso no pasará, porque sólo es mi cabeza, mi imaginación, y mi locura de no poder amar.