jueves, 26 de noviembre de 2009

En qué piensas

Desde el fondo de su pensamiento, Daniel platica: es como una niñita, caprichosa, inquieta, somnolienta, ve tu carita, tus mejillas y esos ojos brillantes.

También opina que Clara actúa como niña, que es extraño su comportamiento. Creé que es maravilloso que de su mirada aún se desprendan chispas de inocencia, de sorpresa, de duda.

Por su parte, Clara lo ve tan atenta, en silencio, sus pies forman pequeños espirales en el suelo.

Dime algo Clara, lo que sea, en qué estás pensando.

Clara contesta, pienso en los vitrales de esa casa, sabes Daniel quiero vitrales en mi habitación, quiero despertar cada mañana y ver como atraviesa la luz por ese cristal de color.

Daniel dice, eso suena bien, dime algo más.

Y Clara responde, no sé qué es lo que intentas, pero no puedo pensar más que en ese vitral.

Di algo que tu cabeza grite todo el tiempo en voz baja.

Clara responde, algo como, no quiero pensar en otra cosa que no sea ese vidrio de cristal.

No te enojes, sólo tengo curiosidad, quiero saber qué te preocupa, o qué pasa por tu mente cuando te quedas tan callada y pensativa, viendo solo el vacío.

No me enojo, contesta Clara, creo que es absurdo que obligues a mi mente a decir algo que por ahora no quiere decir, ahora estoy pensando en que crees que estoy enojada, lo ve fijamente y se ríe.

Sorprendido, Daniel afirma: cómo es qué haces eso.

¿Qué?

Sí, cómo es qué sólo piensas en lo que vives en este momento, y no piensas en lo que podría pasar o lo que ya paso.

Es fácil Daniel, al frente de ti siempre habrá algo que podrás observar en toda magnitud, siempre habrá algo que te dejará imaginando, así es como puedes crear e ilustrar tu cabeza, tus miedos, si es que los tienes, ilustrar tus triunfos, tus memorias, piensa en ahora y solo ahora, que lo que fue ya quedo por ahí, tal vez en otra dimensión.

Hace mucho que no medito, sabes, creo que cuando era niño pensaba así, y meditaba todo el tiempo, maldita voz en mi cabeza cuándo desaparecerá…

martes, 3 de noviembre de 2009

Alma gemela

Me siento insegura, como si una pierna me faltara, mi cabeza piensa en ti todo el tiempo, estoy dividida, a veces creo que regresarás pero no, sé que fuiste a liberar los sueños que de pequeños imaginamos, y que algún día dijimos los haríamos realidad.
Cuando veo playas, lagunas, tortugas, insectos, me acuerdo de ti, mi alma gemela, a la que puedo amar sin sentir pasión, porque es sólo cariño y confianza, un lazo nos une, la sangre y el ADN casi son el mismo, mi niño cristal.
Recuerdas que una vez dijimos que viviríamos en una playa, que nadaríamos entre mantarrayas, que desapareceríamos de la odiosa ciudad, que construiríamos una vida en silencio.
Veme ahora, como todo el mundo siguiendo ordenes, fastidiándome por la estúpida rutina, enfermándome de tristeza, y tú, te marchaste, cumpliste el sueño que siempre quisimos, tal vez no vives en una playa, pero la meditación ahí la tienes, entre campos, ovejas, ciruelos, y qué me dices del canto del gallo por la mañana.
Te extraño como a nadie, te amo como a nadie, espero verte pronto, para que me cuentes historias, para que alimentes mis sentidos, para que me enseñes lo que muchos no conocen, lo que nadie cree pudiese existir.
Te recordaré como mi mejor amigo, el que me regalaba gatitos de plastilina, el que bailaba conmigo cuando nadie nos veía, el que me enseñó a jugar ajedrez, el que me quitaba las muñecas y me decía – te la doy si juegas conmigo, el que siempre me escuchó porque sabía que algo me pasaba, el que compartió 21 años de su vida a mi lado, el que se fue para no regresar nunca.
Y cómo es que las cosas cambian, repentinamente dijiste - ya me voy, me puse enfrente de ti y una gota de melancolía se abatió tan de repente por mi cara, incendiaste mi cabeza, dejaste mi mente sin ideas, dejaste el poco estado anímico peor de lo que ya estaba.