jueves, 31 de mayo de 2012

Encerrando sus miedos

Insólito vacío que asecha dulcemente la soledad de su alma confusa.
Ya sabía ella que algo así pasaría, la soledad no va con su forma de ser, con su percepción, las personas la mantienen cuerda, la compañía es la mejor medicina para no caer en la amargura.
Algunas veces soñó con ser grande y no depender de nadie, estar con su propia sombra era lo que más anhelaba.
Cuando uno crece ve las cosas diferentes, distingue y manipula las situaciones a su modo, para vivir cómodamente.
Cuando era niña jugaba con las muñecas, reflejaba en un par de plástico sus ilusiones y sus ambiciones, creía que entre más sola, mejor viviría, sin pedir permiso a nadie para poder ir a tomar el té con su mejor amiga de la infancia, situaciones que la controlaban, le hacían perder la cabeza.
El encierro no le agrada a ningún niño, a ella le gustaba pasar sus tardes después de la escuela en plena paz.
Con el tiempo la soledad comenzó a devorar sus entrañas, le aburría la rutina.

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