Las manos
delgadas y cansadas por trabajos forzados se despidieron de mi hace unos días,
desde que era un niño ya la pasaba mal, trabajaba en un huerto de limones, fue
por eso que la columna años después se deterioro, la maquinaría del lugar lo
dejo sordo, él siempre será de admirar, sé que estará bien, tus recuerdos en mi
cabeza pasarán de generación en generación, todo lo que viviste queda en cartas
y objetos que estarán en el baúl con memorias de otros hombres inmortales…
Te amo Abuelo
Salvador.
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