lunes, 3 de mayo de 2010

Ella viene...

Tiró de la sábana, la enrolló con fuerza, sedosa como la vena que sujeta la artería, ella le ayudará a desaparecer, no tiene miedo de sufrir algún cambio…
Después de un rato se subió a la cama, y sujetó con fuerza la tela, la sujetó al candelabro de la habitación, terminó de amarrarla y se quedó parada sobre la nube blanca, pensando en él o ella, preguntándose, cómo será, alzó sus brazos y enrolló la serpiente al cuello, estaba ansiosa, contó hasta tres y se aventó, sintió caliente el cuerpo, la cabeza le explotaba, los intestinos le crujían, la vista se le nublaba.

Parecía un hada, parecía una bailarina, parecía la muerte flotando sobre su cama.


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