miércoles, 12 de agosto de 2009

Soñé que me matabas

Fui a visitarte, me recibiste, estabas algo distante, no eras el mismo algo pasaba.

Pudiste decir que ella estaba ahí, atrapándote, seduciéndote, amándote, pero no fue así, percibí engaño, la incomodidad abarcaba toda tu sonrisa.

No necesito soñar así, no necesito mentiras que salgan de hombres como tú, de esos que gritan a los cuatro vientos lo que yo dí.

Digo que me matabas, porque al final del sueño me estrangulabas entre tus manos.

Con esto recordé un fragmento de una película, no diré el nombre ¡no me da la gana!

Cuánto tiempo ha pasado desde que nos conocimos, dos años.
Yo a ti te conozco de toda la vida, pero no era verdad lo he soñado.
Mírame, dame un beso, ¿no me quieres?.
Me romperé las piernas, me sacaré los ojos, me cortaré las manos y los pechos, hasta que no sea más que una ruina a tus pies, para que tengas lastima de mí, y eso no te deje vivir, para que recuerdes toda la vida que no supiste quererme.
A mí, que sólo quise ofrecerte cariño, cuidarte…

Desde lo más profundo de mi alma siento la necesidad de acabar de una vez.
Quiero morir, sé que tú quieres lo mismo. Mátame.

2 comentarios:

REmi dijo...

a veces lo triste
es dar esperando algo a cambio.
no hablo del espíritu navideño que se suele utilizar en ciertas circunstancias, hablo quizá de cosas menos profundas como los cumpleaños para lo que se esconden de verguenza y vanidad.
Aunque es cierto
todas las cosas tienen una razón.
Creo que las más de las veces deberiamos elegir mejor esas razones.
Saludos
(y gracias por la compañía grata)
Diego

La poupée dijo...

Recuerdo este día, casi ocho años de estar juntos.